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domingo, 15 de mayo de 2011

[One-shot] Un amor prohibido

Un día como cualquier otro, un joven estaba caminando por un bosque espeso.
Explorando sus alrededores, llego a un hermoso lago cristalino, el cual tenía unas aguas extremadamente nítidas parecía que hubieran sido purificadas por algún ser fabuloso.
El joven maravillado por aquel hermosos paisaje, se sento en la orilla de lago, mientras que con sus manos jugaba con el agua. A pesar de no ser muy divertido, se cautivaba con las hermosas aguas que tenía entre sus manos.
 De la nada una gran luz se hizo presente en el medio del lago, el joven extrañado, se paro del lugar en el que estaba sentado y se empezó a alejar lentamente de la orilla. Poco a poco aquella luz se empezó a convertir en un extraño ser emergido de las aguas.
Ahora, lo que antiguamente era luz, era una hermosa chica de cabellos castaños, ojos zafiros y una muy linda sonrisa.
-¿Quién eres tú?- pregunto el joven aún más extrañado que antes.
Aquella chica soltó una pequeña risa  por la expresión del joven.
-Soy la ninfa de este lago, la encargada de purificar las aguas… ¿y tú eres?
-Drew- fue lo único que soltó el joven de ojos esmeralda.
-¿Drew? ¿Ese es tu nombre?- A esta pregunta el chico asintió con la cabeza-, que lindo nombre, el mío es May
Drew sonrió al ver la inocencia de la ninfa, el sentimiento de extrañeza que había sentido hace poco, ahora había desaparecido. El chico se volvió a sentar en la orilla del lago, la oji-zafiro camino sobre las aguas para sentarse junto a él y hacerle compañía.
Estuvieron un buen rato hablando, las horas pasaban y ellos seguían su conversación. Descubrieron muchas cosas uno del otro y aunque tuvieran grandes diferencias, las pequeñas similitudes los hacían sonreír.
Ya caía la noche cuando Drew se tuvo que ir, pero no sin antes prometerle a la ninfa que volvería al día siguiente. Aquella noche se la paso dando vueltas en su cama, estaba ansioso por volver a ver a May
Como lo había prometido, el día siguiente volvió y nuevamente se sento en la orilla, al poco tiempo la ninfa apareció y se sento junto a él. Ambos muy felices siguieron hablando, Drew nunca se había sentido así con alguna chica, cuando hablaba con otras sus conversaciones eran aburridas y monótonas pero con ella podía quedarse platicando por horas y horas. Lo embargaba un sentimiento tan ameno, tan placentero, algo que se puede describir con muchas palabras, pero solo hay una que lo dice todo, ese sentimiento era amor.
Al igual que el día anterior, al anochecer tuvo que regresar. Al día siguiente, volvió a regresar al lago, pero el día de hoy Drew  traía algo diferente. En sus manos cargaba una hermosa rosa roja.
Como siempre se sento en la orilla del lago a esperarla, la espero mucho tiempo pero May no aparecía por ningún lado.
Drew decepcionado hizo una mueca, ya decidido a irse, se paró de la orilla y se encamino  al camino contrario que lo llevaba a la ninfa. Antes de que el lago desapareciera de su vista, le volvió a echar una última mirada con la esperanza de que May apareciera, pero no fue así.
Al día siguiente fue de nuevo al lago, al igual que ayer, con una rosa entre las manos. Nuevamente se sento en la orilla a esperarla, pero tampoco llegaba.
El oji-esmeralda muy decepcionado tiró la rosa al agua. Las lágrimas pronto se hicieron presentes en sus ojos, recorrieron su mejilla hasta llegar al mentón, lentamente aquellas lagrimas cayeron de su cara para ser depositadas en el agua. Al hacer contacto con el lago, unos destellos aparecieron sobre el agua, en el mismo lugar en el que había aparecido la ninfa.
Algo le decía a Drew que la ninfa se encontraba ahí. Así que sin pensarlo dos veces, se quito los zapatos y se lanzo al agua.
Nado rápidamente hasta aquellos destellos. Al llegar a allí, se hundió para ver de donde provenían aquellas luces.
Se sorprendió rotundamente al ver que era una ciudad, muy hermosa y limpia, era un verdadero sueño submarino.
Buceo hasta aquella ciudad, con la esperanza de encontrar a la deidad que le robo el corazón. Busco por todos lados, pero no aparecía May. Ya sin aire, subió a la superficie y regreso a la orilla jadeando.
Se tiro al pasto, un extraño sentimiento entre rabia y frustración lo embargaba completamente, golpeaba el suelo para calmar aquella furia. No era una gran solución, pero servía un poco.
Con todos aquellos sentimientos, se recostó en el pasto y se quedo profundamente dormido.
Al despertar, se dio cuenta de que estaba en los brazos de una chica con unos hermosos ojos zafiros.
-May, ¿Eres tú?- pregunto un poco adormilado
La chica solamente sonrío y asintió con la cabeza


-¿Dónde estabas? ¿Por qué no venias?
-Drew perdón, pero no puedo hablar mucho contigo, mis padres pronto se darán cuenta que me escape.
-¿De qué hablas?- pregunto el joven extrañado
-Está prohibido que hablemos con los humanos- empezó a explicar la castaña-. El otro día nos vieron y la noticia les llego a mis padres, los cuales me prohibieron subir a la superficie. Pero tenía que venir a explicarte todo y a despedirme- Una lágrimas recorrieron sus mejillas-. Me temo que este es el adiós Drew…-May se paro, dirigió al lago y puso uno de sus pies en el agua.
-Espera…- Pidió el chico, a lo que May dio media vuelta. Él rápidamente se paro y del agua recogió la rosa que hace unas horas atrás había tirado.
-¿Para qué es esa rosa?
-Para dársela al amor de mi vida- respondió tiernamente Drew
-¿De quién hablas?- pregunto celosa la ninfa
-De ti, May yo te amo y esta rosa es el emblema de mi amor y la llave de mi corazón.
-Drew…- fue lo único que respondió la oji-zafiro sonrojada, al mismo tiempo que tomaba la rosa. La castaña luego de unos momentos sonrió y se abalanzo sobre el joven en un abrazo- Yo también te amo- La ninfa se separo un poco de Drew y lo miro a los ojos-. Pero nuestro amor nunca podrá ser, pensarlo en una fantasía.
-May, te juro que daría lo que fuera para que estuvieras conmigo
-Yo también, pero este es un amor prohibido- En sus ojos aparecieron unas pequeñas lágrimas-. Perdón…- la ninfa se alejo del oji-esmeralda y se encamino al lago, pero fue detenida- Drew por favor, no hagas esto más difícil.
-Pero no te quiero dejar- el chico se acerco a la castaña y la abrazo.
-Drew, ya te dije que este es un amor…
-Prohibido, ya lo sé- se separo un poco de la oji-zafiro -¿Pero no te han dicho que esos son los mejores?- May solo soltó una pequeña sonrisa.
-Me tengo que ir, pronto descubrirán que no estoy, perdón- de nuevo las lagrimas aparecieron en sus hermosos ojos azules.
El joven seco las lágrimas de la ninfa y poso su mano en su mejilla, poco a poco ambos chicos se fueron acercando hasta juntar sus bocas en un dulce beso.
Se separaron lentamente, podían sentir la respiración del otro.


-Te amo May
-Yo también, y perdón por todo- La castaña beso la mejilla del joven y se fue.
Drew lo único que podía hacer era mirar como su amada se sumergía entre las aguas.
-Nunca te olvidare- murmuro Drew, cosa que la ninfa no escucho
Ya sin nada más que hacer en aquel lugar, el oji-verde se retiro.
Al día siguiente Drew volvió al lago y se sento en la orilla a recordar. Desde ese momento todos los días volvía a aquel lago repitiendo la misma rutina; pero la ninfa nunca más volvió a aparecer.
Drew nunca se caso y murió soltero. A pesar de que había salido con más chicas, con ninguna sintió lo mismo que con May, aquella ninfa que alguna vez fue: Su amor prohibido
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Nya!!! espero les haya gustado n.n por favor comenten!! >w<

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